Zona conocida por sus burbujas evocadoras, en Champagne es posible encontrar una mezcla perfecta entre la atención a los terruños individuales, las técnicas de bodega tratadas con precisión y una gran capacidad de comunicación. Producidos rigurosamente con el método clásico, los champagnes son principalmente el resultado de la vinificación de tres cepas: Pinot Noir, Meunier y Chardonnay , las dos primeras de las cuales son de frutos rojos. Son poco conocidos, pero admitidos en el disciplinario, otros 4 viñedos.

Geográficamente, la zona de Champagne es compleja y dependiendo del suelo se prefieren unas vides a otras: de la montaña de Reims se puede degustar el renombrado Blanc de Noirs obtenido de Pinot Noir y con una estructura noble y potente, o elegir el Valle del Marne con su Meunier suave y seductor. Finalmente en la Côte des Blancs , Chardonnay da vida a champagnes frescos, finos y elegantes.

Los champagnes se clasifican en tres categorías según la zona de producción (Grand Cru, Premier Cru y Cru) y los tipos producidos difieren según la vid utilizada (Blanc de Blancs, Blanc de Noirs), las añadas utilizadas (Sans Année, Millesime) y según la dosificación final (el Brut más bebido, Extra Brut, Nature).

El nombre Champagne siempre ha estado ligado a los conceptos de prestigio, lujo, elegancia y encanto y sobre todo de celebración. Una celebración de todos los días, dada la gran variedad de Champagne y su maravillosa capacidad de adaptación a cualquier ocasión.

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